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jueves, 6 de mayo de 2010

Futurismo

Este movimiento buscaba romper con la tradición, el pasado y los signos convencionales de la historia del arte. Tenía como postulados: la exaltación de lo sensual, lo nacional y guerrero, la adoración de la máquina, el retrato de la realidad en movimiento, lo objetivo de lo literario y la disposición especial de lo escrito, con el fin de darle una expresión plástica.
Rechazaba la estética tradicional e intentó ensalzar la vida contemporánea, basándose en sus dos temas dominantes: la máquina y el movimiento. Se recurría, de este modo, a cualquier medio expresivo capaz de crear un verdadero arte de acción, con el propósito de rejuvenecer y construir de nuevo la faz del mundo.
El futurismo fue llamado así por su intención de romper absolutamente con el arte del pasado, especialmente en Italia, donde la tradición artística lo impregnaba todo. Quieren crear un arte nuevo, acorde con la mentalidad moderna, los nuevos tiempos y las nuevas necesidades. Para ello toma como modelo las máquinas y sus principales atributos: la fuerza, la rapidez, la velocidad, la energía, el movimiento y la deshumanización. Dignifica la guerra como espacio donde la maquinación, la energía y la deshumanización han alcanzado las máximas metas.


Gino Severini (Cortona, 7 de abril de 1883 – París, 26 de febrero de 1966), fue un pintoritaliano y uno de los líderes del movimiento futurista.
Gino Severini supo unir ciencia y arte, rigor constructivo y fantasía inventiva, consiguiendo la más completa felicidad expresiva cuando, entre los años 1910 y 1915, conectó los valores dinámicos del futurismo con los constructivos del cubismo.
Fue Giacomo Balla, en Roma, quien le introdujo en la pintura divisionista, tendencia que continuó en París a partir de 1906. Allí tuvo contacto con los principales pintores cubistas:Pablo Picasso, Georges Braque y Juan Gris, participando en el desarrolló de ese movimiento, llegando a teorizar incluso sobre él en su obra Del cubismo al clasicismo, de 1921.
Sus obras son una visión caleidoscópica en la que se funde presente y pasado, espacio y tiempo, consiguiendo así una fiesta de luces y colores.

Cañón en acción

Oleadas de color marrón, gris y verde convergen hacia tres soldados que manejan un cañón. El de la izquierda en primer término se agacha para encender la mecha, mientras los otros dos a la derecha parecen estar a punto de cargarlo de nuevo. Superpuestas a esta dramática imagen hay palabras sobre la guerra y los combates: bboumm, dice el cañón; 100.000 fogonazos desgarradores; aniquilación; ¡vamos muchachos! Estas frases sucintas, expresivas y entrecortadas actúan a modo de comentario sobre la violencia de la imagen. Esta pintura formaba parte de un grupo que Severini realizó entre 1914 y 1918, durante la primera guerra mundial. La vertiginosa y dinámica sensación de movimiento y velocidad y la atención a la maquinaria moderna son típicas del futurismo, cuyo manifiesto firmo Severini en 1910.

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